Raquel Barañano: Enfermería e Investigación, un puente hacia el futuro.

Raquel Barañano Alonso, enfermera de investigación en James Lind Care (JLC), y Sierra Moreno, Especialista de la Comunidad de Investigación, charlaron sobre la experiencia de Raquel y trayectoria en el mundo de la investigación médica.

Raquel compartió cómo descubrió su vocación en este campo, los desafíos y aprendizajes que ha encontrado a lo largo de los años, así como la importancia del papel de las enfermeras en el desarrollo de ensayos clínicos. Además, abordaron cómo la investigación médica impacta directamente en la vida de los pacientes y la relevancia de acercar los ensayos clínicos a quienes buscan nuevas opciones de tratamiento.

Soy optimista respecto al futuro, pero todavía queda camino por recorrer.


 

¡Muchas gracias por tu tiempo, Raquel! Para empezar, ¿nos podrías contar un poco sobre ti?

Soy de Madrid y llevo casi 10 años viviendo en Londres. Inicialmente, me mudé con la idea de ampliar mis conocimientos en enfermería fuera de España y solo pensaba quedarme unos meses. Sin embargo, pronto encontré oportunidades en distintas áreas, lo que me permitió crecer profesionalmente.

Lo que más me atrajo del Reino Unido fue la flexibilidad laboral y la posibilidad de trabajar en múltiples especialidades. A lo largo de los años, he desempeñado funciones en quirófano, triaje en un centro COVID y, actualmente, en atención primaria dentro de un centro de salud.

Además, esta flexibilidad laboral me permitió terminar el año pasado mis estudios en Psicología en The Open University. Me sorprendió la metodología educativa, ya que nunca tuve un examen tipo test; todo se basaba en ensayos y trabajos escritos, muy diferente a la metodología de la UNED en España.


 

¿Cómo definirías la enfermería en España en comparación con el Reino Unido?

En España, solo podía trabajar en el área que me “tocara”, mientras que en el Reino Unido tuve la oportunidad de explorar distintas especialidades. Me interesaba mucho quirófano y, aunque no tenía experiencia previa, después de una entrevista, me dieron la oportunidad de formarme en el hospital. Aquí no te “lanzan al vacío”; te entrenan y te acompañan en el proceso.

También he trabajado en triaje durante la pandemia de COVID-19, donde tuve la oportunidad de colaborar con la Universidad de Oxford en la recopilación de información de los pacientes. Esto me permitió involucrarme más fácilmente en el mundo de la investigación clínica, algo que en España es más difícil de conseguir.


 

¿Cómo ha sido tu trayectoria como enfermera y qué te motivó a entrar en el campo de la investigación?

Siempre me ha llamado la atención la investigación. En la práctica diaria aplicamos conocimientos y tratamientos que ya han sido creados y validados, pero en la investigación clínica tenemos la oportunidad de trabajar con medicamentos y tratamientos que aún no están en el mercado.

Durante mis estudios de Psicología en el Reino Unido, me di cuenta de que aquí la psicología está más orientada hacia la investigación que al tratamiento clínico. En mis estudios, trabajamos con análisis de datos y métodos de investigación, lo que despertó aún más mi interés en este ámbito.


 

Sabemos que llevas poco tiempo en ensayos clínicos. ¿Qué habilidades previas crees que te han facilitado la transición?

No tuve que realizar una formación específica para empezar en investigación. Lo que realmente me permitió acceder a este campo fue mi dominio del inglés y mi conocimiento del sistema sanitario británico.

Es cierto que muchos enfermeros cursan un máster en investigación clínica, pero en este ámbito la experiencia es lo más importante. Aun así, el curso de Good Clinical Practice (GCP) es esencial para quienes quieran trabajar en ensayos clínicos.


 

¿Cómo describirías el papel de la enfermería dentro de la investigación clínica?

Uno de los aspectos más importantes de la enfermería en investigación es promover una experiencia positiva para los pacientes.

Desde el primer contacto, debemos generar confianza, ya que las primeras impresiones, como todos sabemos, son importantísimas.

También es fundamental escuchar activamente para entender la motivación y expectativas del paciente, además de tener la capacidad de explicar conceptos clínicos de forma sencilla para que comprendan el estudio sin tecnicismos innecesarios.


 

¿Qué diferencias percibes en la investigación clínica entre Reino Unido y España?

Cada país tiene regulaciones y protocolos distintos, lo que puede dificultar la estandarización de los ensayos clínicos a nivel internacional. Uno de los retos es asegurar la homogeneidad de los procedimientos de los ensayos clínicos en diferentes países.

Curiosamente, en España las personas suelen hablar de sus enfermedades de forma más general y positiva, y a veces muchos pacientes no saben que tiene una enfermedad crónica, mientras que en el Reino Unido los pacientes suelen tener un conocimiento más detallado de su diagnóstico y tratamientos. Aunque esto obviamente es una generalización y seguramente haya casos de todo.


 

¿Qué formación es necesaria para acceder a la investigación clínica?

En mi caso, no tuve que realizar un máster específico, pero sí tenía una base sólida en distintas áreas de la enfermería.

Para los enfermeros interesados en investigación, mi consejo es que adquieran primero experiencia en distintos entornos (hospitales, atención primaria, urgencias) antes de entrar en ensayos clínicos. La investigación abarca múltiples tratamientos y patologías, por lo que esta diversidad de experiencia es clave.

Creo que la enfermería puede aportar una perspectiva única, basada en el contacto cercano con los pacientes y en una comprensión más profunda de sus necesidades, lo cual enriquecería significativamente el desarrollo de estudios clínicos.


 

¿Cuál ha sido la experiencia más gratificante en este campo?

Es especialmente satisfactorio cuando un paciente muestra interés en un ensayo en particular y, tras el asesoramiento, podemos confirmar que cumple con los criterios y referirle al estudio que deseaba desde el principio. Aunque sea a través del teléfono, se percibe su alegría y alivio al saber que tiene la oportunidad de participar.

También me motiva formar parte de un equipo internacional donde todos trabajamos con una misión común, y aunque tengamos diferentes contextos y formas de ver las cosas, estamos unidos para mejorar la calidad de vida de los pacientes y contribuir al avance de la medicina.



Antes, la enfermería estaba vinculada solo a la atención directa al paciente. Ahora, creo que hay un mayor reconocimiento de su papel en la recogida de datos, diseño de estudios y análisis de resultados


 

¿Qué mejoras deberían implementarse para que más enfermeros accedan a la investigación clínica?

  • Incluir más formación en investigación desde el grado de Enfermería.
  • Facilitar la rotación en ensayos clínicos para adquirir experiencia.
  • Ofrecer cursos sobre metodología y normativa en investigación.

En mi caso, durante la carrera en la Universidad Complutense, solo tuve una asignatura de investigación, y era extremadamente teórica. Sería ideal que los futuros enfermeros tuvieran más contacto práctico con este campo.


 

Para cerrar, ¿qué mensaje darías a quienes estén interesados en la investigación clínica?

Les animo a explorar este campo sin miedo. La investigación permite crecer profesionalmente, contribuir al avance de la medicina y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

No es necesario tener una formación específica desde el inicio, pero sí mantenerse curioso y buscar oportunidades para desarrollar habilidades en este ámbito.

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