¿Tienes curiosidad por la Investigación Clínica? ¡Sigue leyendo!

¿Alguna vez has oído hablar de proyectos de investigación y ensayos clínicos y has pensado: “Eso suena interesante, pero ¿no es arriesgado?” o “¿Cómo funciona realmente?”.

Existen muchos mitos y conceptos erróneos sobre la investigación clínica, pero no te preocupes: hemos reunido los más importantes y te los explicamos de forma sencilla.

En este artículo, desmentiremos los mitos más comunes sobre la participación en proyectos de investigación y te proporcionaremos los datos que necesitas en un formato de mito vs. realidad. Así que, si quieres saber si puedes recibir un placebo sin darte cuenta, si los ensayos son seguros o cómo averiguar si un ensayo es adecuado para ti, sigue leyendo. ¡Tenemos las respuestas!


 

MITO: Si quiero participar en un proyecto de investigación clínica, no me informarán sobre el tratamiento ni tampoco sobre lo que ocurrirá.

REALIDAD: Los investigadores no pueden administrarte ningún tratamiento durante un proyecto de investigación clínica hasta que comprendas completamente en qué consiste. Antes de que aceptes participar, el equipo responsable del estudio te explicará todo el proceso. Podrás hacer todas las preguntas que necesites sobre el tratamiento que recibirás, qué ocurrirá en las visitas, cuáles son los riesgos y beneficios, y cuánto durará el proyecto. A esto se le llama consentimiento informado, y recibirás toda la información por escrito para que puedas leerla con calma antes de tomar una decisión.

Lo más importante es que te sientas cómodo/a antes de decir que sí. Además, puedes retirar tu consentimiento en cualquier momento si cambias de opinión.


 

MITO: Puedo participar en cualquier proyecto de investigación clínica.

REALIDAD: Cada proyecto de investigación clínica tiene criterios específicos para seleccionar a los participantes. Por ejemplo, los investigadores pueden buscar personas de una determinada edad, género o con una enfermedad concreta. Estos requisitos existen para garantizar que el estudio obtenga los resultados más precisos y que sea lo más seguro posible.

Podrás leer sobre estos requisitos en el documento que recibirás antes de aceptar participar.


 

MITO: Los proyectos de investigación clínica son peligrosos. No estoy protegido si participo.

REALIDAD: Aunque puede haber riesgos, los proyectos de investigación clínica están sujetos a normas muy estrictas. Expertos de las autoridades sanitarias y del Comité Nacional de Ética en la Investigación evalúan cada estudio para garantizar que sea ético y que proteja a los participantes.

El plan de cada proyecto se revisa minuciosamente para asegurar que sea lo más seguro posible. De hecho, pueden detener el estudio si consideran que es demasiado arriesgado.

Además, los médicos supervisarán tu salud durante todo el proyecto, y podrás abandonar el estudio en cualquier momento si decides que ya no quieres participar. Antes de aceptar, se te explicarán claramente todos los posibles riesgos.


 

MITO: Un ensayo clínico no me aportará ningún beneficio.

REALIDAD: Si tienes una enfermedad crónica, un tratamiento dentro de un ensayo clínico podría ayudarte a sentirte mejor o incluso mejorar tu estado de salud.

Muchos ensayos clínicos prueban tratamientos nuevos que aún no están disponibles para el público. Algunos de estos tratamientos pueden ser más eficaces que los que ya existen, aunque también es posible que no funcionen.

A veces, podrías recibir un placebo (un tratamiento sin efecto médico), pero siempre se te informará de esta posibilidad antes de que aceptes participar.


 

MITO: Podría recibir un placebo sin saberlo y no recibir el medicamento que necesito.

REALIDAD: Si existe la posibilidad de que recibas un placebo, se te informará antes de participar. Un placebo parece un tratamiento real, pero no contiene ningún medicamento. Se utilizan para comprobar que cualquier mejora en la salud de los participantes se debe realmente al tratamiento en estudio.

Si necesitas un tratamiento médico, un placebo nunca será tu única opción: siempre se administrará junto con el tratamiento estándar. Y si no quieres correr el riesgo de recibir un placebo, simplemente puedes decidir no participar en ese ensayo.


 

MITO: Participar en un ensayo es muy caro y mi seguro no lo cubre.

REALIDAD: En la mayoría de los casos, participar en un proyecto de investigación clínica no tiene ningún coste. De hecho, a menudo se reembolsan gastos como el transporte.

Antes de aceptar participar, es recomendable hablar con el equipo de investigación que lleva el estudio para conocer cualquier posible gasto que pudieras tener que cubrir por tu cuenta.


 

Ahora ya sabes un poco más sobre cómo se llevan a cabo los proyectos de investigación y qué medidas de seguridad existen.

Si alguna vez te planteas participar en un estudio de investigación, puedes estar seguro/a de que recibirás toda la información necesaria para que tomes la decisión correcta.

Y recuerda: siempre puedes hacer preguntas y tomarte el tiempo que necesites para decidir qué es lo mejor para ti.

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